jueves, 28 de noviembre de 2013

EL CUERPO: mi aliado, mi apoyo, mi templo... te quiero y te respeto



El cuerpo de la mujer ha sido como un campo de batalla desde siglos atrás, una historia que hace que muchas chicas no estemos a gusto con nosotras mismas. Además siempre está el peso de los modelos estéticos "irreales"... todas los conocemos, verdad?
Podrías responderte a estas preguntas?: ¿ Te sientes dueña de tu propio cuerpo? ¿Cómo es tu vínculo con tu cuerpo? ¿Lo entiendes? ¿Te entiende? ¿Te responde como quieres?
Aunque tu respuestas sean sí, ¿te gustaría sentirte aún más plena y poderosa viviendo en ti misma?
Apodérate de tu cuerpo y crea un vínculo amoroso con él; descubre que tu cuerpo es un templo, que es tu vehículo, que te cuida y te expresa y, es en tu cuerpo precisamente, donde radica tu poder.
El poder no es cuánto dinero tengas o qué tan influyente eres: ser poderosa es acceder a toda tu energía vital, ser capaz de expresarte auténticamente en el mundo y alinearte en cuerpo, mente y espíritu. Para acceder a ese poder necesitas establecer un vínculo diferente con tu cuerpo, es decir, contigo misma. Necesitas aprender a tratarte con amor y respeto, moviéndote con sensibilidad e inteligencia, y no con esfuerzo y desgaste. 

Después de años aprendiendo a posicionar mi cuerpo correctamente, de saber hasta dónde puede llegar y dónde no, de pedirle más de lo que posiblemente tendría que pedirle, después de ver que tengo un gran aliado al que siempre recurro y nunca me ha fallado, llego a esta conclusión: I LOVE MY BODY.
Tantos años he tardado en agradecerte tu presencia? tus esfuerzos? tus regalos? tu belleza? tu autenticidad? Gracias cuerpo! Y un gran perdón por todo el dolor que te he causado, por todos los desprecios que te he hecho, por todas las barbaridades por las que te he hecho pasar, por todos los abusos innecesarios, por no agradecerte tu fortaleza ni una vez. Hoy me siento agradecida y bendecida por tenerte y a partir de hoy voy a responderte con lo que necesites, porque siempre te he escuchado pero he hecho oídos sordos pues sé muy bien que por mucho que te pida y por cansado que estés siempre estás dispuesto a dar más y más sin queja alguna. Me causé una grave lesión y aún así como por arte de mágia te curaste... cómo? tanto me quieres tú?
Quién de nosotras no ha abusado de su cuerpo y lo ha forzado hasta quedar agotada? Quién no le ha pedido incluso que hiciera cosas que le daban miedo o que no quería hacer? Nuestro cuerpo nos habla y recibimos los mensajes, otra cosa es que no les hagamos caso por pensar que éstos nos podrían limitar en nuestro día a día.
Porqué me he decidido a hablar del cuerpo en este post? Muy fácil, porque ayer empecé a dialogar con mi cuerpo y nos entendimos a la perfección!! Qué pasa cuando decides ponerte tacones justo el día menos indicado? A cada una nos dolerá una parte diferente del cuerpo según nuestro forma de andar y de repartir los pesos en las plantas de los pies. 
En mi caso, todo el peso se lo lleva la parte interior del talón y el dolor empieza a subir por el tobillo, va subiendo por las rodillas, llega a las caderas... y de ahí ya se empiezan a ver los efectos en la columna, cervicales... total, que por no pisar correctamente acaba doliendo el cuerpo entero! Y ¿cómo evitar que el dolor vaya a más? cómo conseguir que vaya a menos?? Os pongo el ejemplo de cómo ayer seguí andando, finalmente, sin sentir ese dolor! Lo conseguí abriendo un diálogo con mis pies.
Puse conciencia en ese dolor que estaba apareciendo... ¿cómo era? sólo aparecía al pisar, era cada vez más intenso, estaba extendiéndose del talón al tobillo y sentía que en un rato no sería capaz de dar ni un paso! Fue ahí cuando decidí poner en práctica toda la teoría de conciencia corporal que utilizo en mis clases, fue tan fácil como darme cuenta de que todo el dolor estaba localizado en un punto, el resto del pie estaba perfectamente. Me centré entonces en ver qué pasaba en la parte exterior de mi pie, en las puntas de los dedos, porqué no dolían? cómo lo pisaban? y después de unos segundos tenía la respuesta, esas partes del pie no recibían nada de peso, ¡sólo tocaban ligeramente la plantilla del zapato! ¿Cómo no me iba a doler el talón por la parte interna si estaba aguantando 53 kilos él solo? 
Qué hacer una vez tenemos localizado el problema? Buscar la solución!! ¿Qué hacer si hay una parte de tu cuerpo con sobrecarga? aligerarla, ¿no? y, ¿cómo? En mi caso, poner consciencia en esa parte del pie con la que no apoyaba. Poco a poco fui repartiendo peso  hasta que noté que toda la planta de mi pie participaba en cada paso que daba.
Y sentí que mi cuerpo me quería y a la vez me pregunté el por qué nos desconectamos de él si escuchándolo nos podemos beneficiar y evitar dolores innecesarios.
 El cuerpo es sabio, escúchalo, es la manera de empezar a quererte.